En días pasados tuve en una de mis noches un sueño revelador. Yo, en la primavera neoyorkina caminando por las calles atiborradas de gente, mil idiomas de fondo y mi nueva obsesión como banda sonora - Lana del Rey - mientras recibo una llamada de la oficina de Anna Wintour confirmando nuestra cena. De lo más tranquilo del mundo la confirmo y de repente me encuentro en una mesa sentado con ella, con mi mentora, hablando de trivialidades de la vida y riéndonos como lo hacen los mejores amigos en su cita de semana... de repente el sueño me traslada al interior de un carro que nos lleva a las oficinas de Vogue en donde ella promete asignarme un lugar en su equipo de trabajo y yo sonrío mientras mi sueño desvanece...
Despierto, miro el reloj que marca las 3:30 de la mañana; me siento en mi cama y suspiro de lo real que sentí el encuentro y retomo mi descanso con la satisfacción de haber sentido de cerca a quien me inspira cada día que me levanto y lo primero que veo es mi torre de revistas -Vogue- para repetir en mi memoria: algún día estaré en ella...
Sin duda el sueño alegró el resto de mi día!
Sin duda el sueño alegró el resto de mi día!
Wow, este sueño me encantó, además porque Vogue es mi revista favorita. :)
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