miércoles, 26 de junio de 2013

Las apariencias engañan

Acabo de regresar de ciudad de México y debo confesar que es un lugar encantador y mágico lleno de historia y con tradiciones tan arraigadas que la ciudad entera respira arte y cultura. Calles, esculturas, parques, iglesias y monumentos que mantienen vivo el pasado de un país que progresa a la ligera y que a mi parecer es la más internacional de las capitales latinoamericanas.

Sin embargo, un lugar en especial llamó mi atención y fue la casa museo de Frida Kahlo. Pese a que muchos critican su estilo de pintura, yo siempre he sido un adepto de sus interpretaciones viscerales sobre su propia vida. Me identifico con ella en la forma en que amo hasta el dolor a su siempre querido Diego, yo también tengo un amor que me trastorna de esta manera... y el manejo del color tan presente en su obra que llenaba de alegría hasta los más terribles momentos de la obra y vida de la artista.

Su casa no es más que un reflejo de su personalidad. Grandes jardines, paredes llenas de color y colecciones por montones de pequeños objetos que de seguro en palabras de la artista cobraban vida sobre fantásticas historias de sus orígenes. Su estudio de un orden casi maníaco se encuentra tal cual como ella lo dejo antes de su muerte. Una silla de ruedas lo precede y se convierte en el claro ejemplo de superación frente a la adversidad en que se convirtió su vida. Una mujer que trascendió a la historia por irreverente y única...

En una de las nuevas salas del museo se encuentran la exposición temporal en la que Vogue le rinde tributo a Frida como icono de la moda y como personaje que ayer y hoy sigue inspirando a cantidad de diseñadores que siguen haciendo del estilo de ella un referente atemporal en la moda. Las apariencias engañan es el nombre de la exposición que quiere mostrar como Kahlo usaba la moda para transformar e intervenir su cuerpo aquejado por las imperfecciones que múltiples enfermedades habían dejado en ella. La muestra incluye los clásicos vestidos de tehuana que la artista mezcló magistralmente con corsés de yeso y prótesis que ella misma intervenía para personalizar sus atuendos; así como piezas de joyería, tocados y demás accesorios que hacían del armario de Frida todo un tesoro fashionista

La muestra para mi sorpresa y deleite está rematada por tres vestidos haute couture de Givenchy por Ricardo Tisci inspirados en la pintora y tres más de McQueen, Gaultier y Commes des Garcons que se valen del estilismo de ella para sus creaciones. Trajes que en detalle son toda una obra maestra de la costura y que sin duda más que prendas de uso son dignas de museo. 

Aquí les dejo algunas fotos del museo y la exposición, esperando que tanto ustedes como yo se transporten por un momento al universo mágico e irrepetible de la siempre amada Frida Kahlo...





















Gaultier

Commes des Garcons - McQueen

Givenchy haute couture




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