viernes, 27 de junio de 2014

De malas relaciones públicas y otros asuntos...

Asistí al lanzamiento de una nueva linea de relojes y a lo que prometía ser un evento de moda de esos de ciudades capitales y que se reseñan como noches llenas de estilo y esa magia de lo exclusivo que ofrece la moda.

De entrada las nuevas referencias de relojes no eran ni las protagonistas del lugar y más parecía un encuentro social entorno a la música y el grupo de celebridades locales que se lograron convocar. Anfitrionas que sólo recibían con entusiasmo a los "famosos"; un Director de marketing con alma de culebrero y un alboroto entorno al backing que buscaba la foto perfecta resume el evento. 

Los tres bellos nuevos modelos de relojes fueron rezagados a un rincón de la tienda (sin intervención de un trabajo de visual merchandising) dándole respaldo a mi idea de que fueron excusa para una fiesta; y hasta los ejecutivos se dejaron seducir por el rastro casi imperceptible de la fama de una ex-reina para convertir el evento en un mal uso de las relaciones públicas. 



Recuerdo cuando estudiaba y un profesor de eventos y protocolo repetía constantemente: el éxito de cualquier evento es el elemento sorpresa. Parece que las agencias de comunicaciones y las relacionistas públicas se están olvidando de esta máxima de las comunicaciones y se conforman con reunir un grupo de gente sin un objetivo claro.

Mi pregunta después de ver el cubrimiento de la prensa sobre este lanzamiento es: ¿Quieren las marcas eventos sociales o eventos de moda?
Que los protagonistas en los medios sean un sinfín de fotos de los asistentes al evento y pocas sobre el producto me dejan preocupado sobre la nueva onda de moda farandulera. 

¿Dónde queda el consumidor real que quiere información detallada del producto, que se acerca a los medios para informarse y que ciertamente es  quien compra y no recibe regalos?

Es de replantear la dinámica de estas fashion nights tan recurrentes últimamente y qué si representan un gasto para la marca por efectos de logística se debe ver compensado por las ventas y no sólo por el impacto mediático. 

Mi llamado hoy es a quienes se dedican a la planeación de estos encuentros. No se trata de armar una fiesta porque si. Se trata de usas esos espacios como estrategia para enamorar a legitimadores de la marca e impactar con opiniones reales al consumidor. Las celebridades son importantes para sofisticar un evento, pero quien es fiel a la marca merece el mismo trato de ellas. Las convocatorias son claras desde la invitación, LANZAMIENTO, hay que darle cumplimiento a esa promesa...


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